Hace poco se han cumplido 15 años de la muerte de Frank Sinatra. El grandísimo y controvertido Frank Sinatra. No se puede ser grandísimo sin ser controvertido.
Sobre Frank Sinatra, su vida personal y sus negocios, corren mil leyendas urbanas: blancas, negras y de todos los colores, los morbosos sólo tienen que darse un garbeo por internet. En cambio su obra musical es intachable, y transparente.
Hay que decir que Frank Sinatra nunca escribió una canción, no era capas de tocar ningún instrumento musical, no tenía una tesitura muy amplia, ni siquiera una potencia fuera de lo común, pero a la hora de cantar hubo un antes y un después de Frank Sinatra. Las claves de su estilo eran la capacidad para interpretar las letras que cantaba y el fraseo rítmico. Cantaba y contaba, y podía poner las notas donde le diese la gana porque Frank Sinatra tenía más swing que un barco lleno de columpios. (Nota: En inglés swing significa swing, y también «columpio»)
Como Frank Sinatra no escribía tenía que hacer suyas las canciones de otros. ¿Cole Porter? Cole Porter es Dios. Si Frank Sinatra es el cantante más influyente del Jazz, Cole Porter es el escritor de canciones más importante del siglo XX. Pervertido, vicioso, déspota, coqueto, devoto de varias sustancias ilegales… refinado, elegante, sofisticado… Si alguien quiere indagar en la figura de Cole Porter, que vea la película De-lovely de (Irwin Winkler, 2004).
Cole Porter escribió temas como Night and Day, You´re the top, De-lovely, My heart belongs to Daddy que aquí canta una súper sexy Marilyn Monroe. Escribir «súper sexy» y «Matilyn Monroe» es una redundancia. Ay, quién fuera jersey azul.