Autor: Rivilla
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Todos los grises
Camino por Reikiavik con la cámara, la libreta, los ojos de niño ingenuo que se asombra por todo. Alguna vez he viajado con otros ojos y a la vuelta tenía la sensación de que había perdido el tiempo y el dinero, echar en el equipaje ojos de adulto es tontería. Esta ciudad es un museo erigido al…
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La Casa Abandonada
No hay nada que me resulte más evocador que una casa abandonada. Como esta, en medio de la nada islandesa. De repente me asaltan las mil y una historias que nunca sucedieron en ese lugar. Las trifulcas, las pasiones, las soledades y las alegrías que ocurrieron entre esas cuatro paredes. Todos los veranos que se…
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Ola de pan ahora
Si puedo elegir, llámame ola. Ni río, ni estanque, ni grifo, ni mar, prefiero ola. Si puedo elegir, llámame pan. Ni costilla, ni fresas, ni azúcar, ni sal, prefiero pan. Si puedo elegir, llámame ahora. Ni ayer, ni mañana, ni pronto, ni después, prefiero ahora. Publicado en a2manos 09/08/2007
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Fondo de Armario: Carlos Gardel
Según cogía la desviación de la eme cuarenta hacia la avenida de la Ilustración pensaba en el querer. Era porque sonaba en mi coche un disco de tangos. O no sé por qué era. En cualquier caso no está bien pensar en el querer tan temprano. Hace tiempo que doy vueltas a lo siguiente:…
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Hormigas
Uno de esos de ahí abajo podría ser el hombre más poderoso del mundo, o el hombre más mezquino, o la mujer más inteligente, o la más suspicaz. Da igual, no tienen halo, ni nada especial que los señale, son hormigas. Insignificancias ensimismadas en sus realidades mundanas.
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Besar, del latín basiare
—Si yo fuera tú, me besaría. —Siempre te han puesto sensible los atardeceres. ¿Cuál es el número mínimo de notas que hay que cantar para que se considere canción?
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James Rhodes – Instrumental
Acabo de terminar este libro desgarrador y curativo. Instrumental de james Rhodes cuenta la historia de un pianista. Desgarrador porque habla de abusos infantiles, enfermedad mental y sobre todo porque lo hace en primera persona. Curativo porque habla de música, de música clásica y en concreto de música clásica de piano, y habla de cómo…
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Los posos de la tarta de chocolate
Es tontería esforzarse en leer los posos del café cuando se pueden leer los posos de la tarta de chocolate, que hablan de forma más elocuente sobre la persona.
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La calle de la Alegría
Qué manía con ponerle a las calles nombres de generales, de batallas o de episodios nacionales. ¿Acaso no ven que se pasan de moda?
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Tú mismo
Está bien buscar el mejor restaurante, el más de moda. Dedicarle un tiempo a elegir los platos, el vino, el maridaje pero, siento decepcionarte: las cenas más memorables ocurrirán con algo improvisado, sentados en el suelo, el ingrediente principal serán las risas y esas no vienen en ningún menú
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El candelabro
Hoy se me ha roto un candelabro de cristal. Estaba limpiándole la cera por el método de sumergirlo en agua hirviendo y al sacarlo no ha resistido el cambio de temperatura y se ha hecho añicos. Me he quedado un poco patidifuso, no me lo esperaba. Cosas de la Física, supongo.
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¿Por qué Dios puede permitirselo?
Cada tarde, a la hora de la cruenta batalla entre el día y la noche, me regala Dios un nuevo capítulo de esta serie increible. Un episodio distinto, emocionante, hermoso.
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Música de Mierda
Me lo acabo de terminar. Tengo que reconocer que lo elegí por el título. Sí, ¿qué pasa? a veces elijo sólo por el título. Que viniese de Blackie Books y el prólogo fuera de Nick Hornby (Alta Fidelidad) también ayudaba. Carl Wilson, el autor, es crítico musical. Crítico musical de pop. Y esta obra parece…
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Violencia en la Cabalgata
Sí, ya sé que en el post anterior me mostraba reacio, poco empático con los fastos navideños, pero en el último momento he decidido asistir a la cabalgata. Con renovado fervor. Yo si me pongo, me pongo.
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Espíritu Navideño
Empiezo las Navidades con mayúsculas, con ilusión. Pero las termino exhausto, hecho un guiñapo. Llego al día de Reyes arrastrándome. Acabo las navidades con minúsculas, snif.
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La última lavadora del año
Es la última mañana del año y por primera siento la necesidad de llamar a esos amigos que no veo a menudo, y comprobar que siguen vivos. Esto no me pasaba cuando tenía 20. Esa debe ser la penúltima constatación de que me estoy haciendo viejo. Por un lado soy consciente de que al cumplir…