Me he equivocado y he puesto el lavavajillas en el programa largo. Y ahora estoy escuchando su letanía, lleva un buen rato.
Algún día me haré mirar por qué me atrae tanto regar. Será mi parte femenina, recolectora, agricultora…
Los mosquitos, en cambio, desatan mi lado más cruel, más depredador…
Pero esta noche no hay mosquitos. Sólo el lavavajillas zumba, pero no pica. Una ventaja más que tiene el discreto electrodoméstico sobre el insecto. Riega los platos con la tenacidad de un hortelano obsesivo compulsivo.
Yo no.
Mejor me voy a la cama.