Me lo acabo de terminar. Tengo que reconocer que lo elegí por el título. Sí, ¿qué pasa? a veces elijo sólo por el título. Que viniese de Blackie Books y el prólogo fuera de Nick Hornby (Alta Fidelidad) también ayudaba.
Carl Wilson, el autor, es crítico musical. Crítico musical de pop. Y esta obra parece a ratos un mea culpa, un mea culpa muy bien organizado, bien entonado, muy bien justificado. El mea culpa de un crítico musical.
El de crítico siempre me ha parecido un oficio muy duro. Ir por ahí diciendo lo que es bueno y lo que es malo, lo que merece la pena y lo que no… uf, debe ser terriblemente cansado. A sabiendas, además, de que cuando levantas el pulgar o lo bajas cual emperador romano estás echando a los leones o tocando con laureles a un artista. a sabiendas de que, luego, hablará el público, hablarán los demás críticos, y hablará la Historia.
No hay crítico a quien no se le puedan sacar los colores en pasando unos años con recurrir a las hemerotecas. Todos han metido patinazos importantes, a todos se les ha calentado la boca en un momento dado, estaban tan seguros… Casi todos los críticos han pensado alguna vez «con lo guapo que estoy yo calladito».
Como escuchador, espectador yo tengo un problema bien grave, y es que nunca he sido mod, ni rocker, ni jazzero, ni popero, ni clásico… a la mayoría le sonará a blasfemia que reconozca públicamente que puedo disfrutar con la ópera, un trío de jazz, ABBA, Village People, Aretha Franklin, los Beatles o los Stones, el cantautor del metro o Vivaldi, el de las Cuatro Estaciones. He llegado a pagar una entrada de un concierto… ¡por el nombre del grupo! Hasta puedo emocionarme con la banda sonora de Titanic. Sí, ya lo sé, lo siento, me lo haré mirar. Debería ser más firme, más excluyente, más tajante… pero no me sale.
Mientras cojo carrerilla para apuntarme a terapia y corregir este desorden musical mío, si eres de los que empatizan con mi trastorno podrás encontrar en este libro cariño y comprensión.
Y argumentos para tapar la boca a ese que no se corta un pelo en decir: esa música es una mierda.