Me he levantado con una tristeza esta mañana. Pequeña pero insistente como un mosquito en una noche de verano. Puede que sea de origen hormonal.
Me he despertado un par de veces cuando amanecía, me incomodaba el aire fresco que entraba por la ventana y había unos cuantos fantasmas tirando de las sábanas, viejos conocidos.
No se puede llamar a la comisaría y decir: por favor, vengan a llevarse unos fantasmas que me están molestando como ciudadano. Otro fallo del sistema.
No se puede llamar tampoco al zoo: tengo un ejemplar macho, otro hembra y un tercero al que no alcanzo a ver los genitales, se los regalo.
Me he levantado con una tristeza pequeña esta mañana. Antigua, profundamente mía, no voy a negarlo. He puesto un disco de Dinnah Washington por toda la casa para exorcizarla. Me he preparado una ensalada de lechuga y un sandwich de nocilla (ante el juez sólo reconoceré medio).
Al final he acabado en el blog.
El blog es como la maquina que llevaban los cazafantasmas de la película del mismo titulo, te permite abrir cajitas y meter en cada una un espectro. Cuando los miras una semana después ya no dan miedo. Pero tengo que mandar un email al soporte técnico de blogger, para decirles que mejoren el software, que corrijan el código, porque a veces los fantasmas se escapan. Y entonces vuelan hasta mi cama, empiezan a zarandearme tirando de las sábanas, abren la ventana sin permiso, y me levanto con una tristeza pequeña pero incordiante como una mosca en una siesta.
¿Qué es a7manos? La imagen es de Orti
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