El Hijo de Todos – Louise Erdrich

El Hijo de Todos (LaRose) – Louise Erdrich – Siruela Nuevos Tiempos

Facebook tiene muchas cosas malas: secuestra nuestra atención, colecciona nuestros datos con la obsesión de un pervertido, nos manipula a base de click y vampiriza nuestras fotos y nuestras historias a mayor beneficio de sus anunciantes, i.e. de sus accionistas. Pero, al César lo que es del César, Facebook tiene la ventaja de que nos permite conexiones con personas que están lejos: en el tiempo, en la distancia o en ambos. Conexiones de baja intensidad pero conexiones.

Haciendo mi espectáculo Cenando Canciones en La Fronda he conocido a mucha gente interesante. Los conoces por diez minutos. Como las de Facebook, estas conexiones también son de baja intensidad. Ocurren siempre que alguien que ya lo ha visto trae a alguien para enseñárselo, es inevitable que, al acabar el show, te los presenten. Así conocí a Rip Taylor, de Dallas, TX, médico de urgencias.

Diantres, un médico de urgencias de Dallas debe llevar dentro más historias que un escritor de moda, eso pensé. Y pensé tambien que si tienes un accidente en Dallas tienes que ser muy frío para que no te afecte que el médico que te atienda se llame RIP (que en inglés significa lo mismo que en español). Después del encuentro en La Fronda no había vuelto a ver a Rip si excluimos el patio de vecinos que es FB. Yo le veía sus de viajes, él a mí estas estas que comparto… sí, literarios, musicales, existenciales, también son viajes.

El caso es que hace un tiempo publiqué que había leído El Vigilante Nocturno de Louise Erdrich y él escribió: “Si te gustó El Vigilante prueba a leer LaRose”. Era la primera vez en 6 años de “amistad” que Rip comentaba algo en mi muro… y era para citar ¡un título de un libro! Simplemente, yo no soy de las personas que sepan evitar esta tentación.

¿De qué va? Un hombre mata accidentalmente de un disparo al hijo de cinco años de sus vecinos y para obtener algún tipo de redención les cede su hijo de la misma edad. Esta premisa le sirve a Erdrich para tejer un montón de historias, del presente y del pasado, invitando al lío a un puñado de personajes increíbles que resultan muy creibles en sus palabras. Familia, amor, pareja, comunidad, tradición, muerte, sueños, injusticia, marginalidad… pero no, en general, sino con nombres y apellidos. Todos sobre el escenario de la cultura amerindia en el norte de los Estados Unidos. Con un contexto tan heavy Erdrich podría escribir heavy, tirar de la tradición beat, pues no, escribe compasión, y escribe mucho amor. con naturalidad y elegancia, y eso me ha ganado.

Yo no soy nadie para recomendar libros, menos a ti, que no te conozco de nada. Sólo soy un menda que lee. Uno que intenta evitar las recomendaciones de los algoritmos y las mesas de novedades –qué son las mesas de novedades sino un viejo algoritmo– haciendo caso a un médico de urgencias de Texas que pasó por mi vida 10 minutos.

Sí, esto es un disclaimer, como se dice ahora: no se admiten quejas, ni devoluciones.

Gracias, Rip.

Abrazar

Hablo con una amiga por teléfono y me cuenta que el único concierto que ha disfrutado durante este confinamiento ha sido por streaming. 

–Estaba sola en casa, me puse la televisión, era en un teatro en Alemania, había muy poco público y estaban separados, se les veía moverse, bailar, pero desconectados. A la cuarta canción tuve que quitarlo porque me estaba dando una pena horrible. No sólo por ellos, también por mí. No era capaz de escuchar la música, los pensamientos de un futuro con privación del contacto físico, ese contacto físico frugal, fugaz, improvisado, generoso y locuaz, me aterraban.

Siempre ha habido gente que rehuye los abrazos. Para algunos es algo reflejo, cualquier abrazo interfiere en su espacio personal, son cactus humanos. Otros los reprimen, como aquel que dice que no le gusta el fútbol pero no puede dejar de mirar la televisión, que sí y que no, qué dirán, qué pensarán, me vendrá bien, no, no me viene bien. Esos están disfrutando de la pandemia más que los enfermos de halitosis con las mascarillas.

Pero muchos otros somos abrazólicos, tocones irredentos, sobones… estaremos mermados en lo afectivo desde la cuna o lo que te quieras inventar, maldito noruego, pero somos así y ya está. y no hacemos mal a nadie. (Porque sabemos detectar al cactus humano a kilómetros, quién quiere abrazar a un cactus.)

Me lo ha dicho una amiga por teléfono y ayer otra en un café rápido y con toda la distancia. No echamos tanto de menos la juerga nocturna, o los viajes como anhelamos el simple, puro, sencillo y ancestral abrazo. 

¿Y qué?

y-que-4

Y qué si a media noche me desvelo
y no encuentro el vaso en la mesilla,
se burlan sinuosas las cortinas,
me asaltan los terrores a degüello.

Y qué si no despierta mi fortuna,
si todo el chocolate está escondido,
no fue lo que pudo haber sido,
pido una caña y no me ponen aceitunas.

Yo tengo un talismán de color rubio,
un sol hecho de soles de juguete.
Yo tengo una canica de la suerte,
yo tengo una nube que me llueve.

Y qué si dan las doce y calabaza,
si en vez de dos corceles son ratones.
Y qué si dije par y salen nones,
si todas las aguas son de borrajas.

Y qué si mañana no amanece
y qué si me persiguen los olvidos,
no me lo cogen los amigos
y qué si los enanos me crecen.

Yo tengo un talismán de color rubio
un sol hecho de soles de juguete
yo tengo una canica de la suerte
yo tengo una nube que me llueve

Y qué si mis sueños naufragaron
en los mares de arena del destino
y mis juventudes se largaron
con uno que tenía más gigantes
y menos molinos.

¿Así que quieres ser escritor?

Tengo un amigo que dice que está en crisis de palabras, que se le ha olvidado escribir.

Se pone delante del folio en blanco y empieza a hacerse preguntas incómodas.

Recurro a mi poeta de cabecera para ayudarle, él nunca falla.

bukowski

 So you want to be a writer? Charles Bukowski, 1920 – 1994  ¿así que quieres ser escritor? Charles Bukowski, 1920 – 1994
 

if it doesn’t come bursting out of you
in spite of everything,
don’t do it.

unless it comes unasked out of your
heart and your mind and your mouth and your gut,
don’t do it.

if you have to sit for hours
staring at your computer screen
or hunched over your typewriter
searching for words,
don’t do it.

if you’re doing it for money or fame,
don’t do it.

if you’re doing it because you want women in your bed,
don’t do it.

if you have to sit there and
rewrite it again and again,
don’t do it.

if it’s hard work just thinking about doing it,
don’t do it.

if you’re trying to write like somebody else,
forget about it.

if you have to wait for it to roar out of you,
then wait patiently.
if it never does roar out of you,
do something else.

if you first have to read it to your wife
or your girlfriend or your boyfriend
or your parents or to anybody at all,
you’re not ready.

don’t be like so many writers,
don’t be like so many thousands of
people who call themselves writers,
don’t be dull and boring and
pretentious, don’t be consumed with self-love.

the libraries of the world have
yawned themselves to sleep
over your kind.
don’t add to that.
don’t do it.

unless it comes out of
your soul like a rocket,
unless being still would
drive you to madness or
suicide or murder,
don’t do it.

unless the sun inside you is
burning your gut,
don’t do it.

when it is truly time,
and if you have been chosen,
it will do it by
itself and it will keep on doing it
until you die or it dies in you.

there is no other way.
and there never was.

 

Si no te sale ardiendo de dentro
a pesar de todo,
no lo hagas.

A no ser que salga espontáneamente de tu corazón
y de tu mente y de tu boca y de tus tripas,
no lo hagas.

Si tienes que sentarte durante horas
con la mirada fija en la pantalla del ordenador
o clavado en tu máquina de escribir
buscando las palabras,
no lo hagas.

Si lo haces por dinero o fama,
no lo hagas.

Si lo haces porque quieres mujeres en tu cama,
no lo hagas.

Si tienes que sentarte
y reescribirlo una y otra vez,
no lo hagas.

Si te cansa sólo pensar en hacerlo,
no lo hagas.

Si estás intentando escribir
como cualquier otro, olvídalo.

Si tienes que esperar a que salga rugiendo de ti,
espera pacientemente.

Si nunca sale rugiendo de ti, haz otra cosa.

Si primero tienes que leerlo a tu esposa
ó a tu novia ó a tu novio
ó a tus padres ó a cualquiera,
no estás preparado.

No seas como tantos escritores,
no seas como tantos miles de
personas que se llaman a sí mismos escritores,
no seas soso y aburrido y pretencioso,
no te consumas en tu amor propio.

Las bibliotecas del mundo
bostezan hasta dormirse
con esa gente.
No seas uno de ellos.
No lo hagas.

A no ser que salga de tu alma
como un cohete,
a no ser que quedarte quieto
pudiera llevarte a la locura,
al suicidio o al asesinato,
no lo hagas.

A no ser que el sol dentro de ti
esté quemando tus tripas,
no lo hagas.

Cuando sea verdaderamente el momento,
y si has sido elegido,
sucederá por sí solo y
seguirá sucediendo hasta que mueras
ó hasta que muera en ti.

No hay otro camino.
Y nunca lo hubo.

(Traducción que encontré en solobukowski.blogspot.com.es)

 

 

 

Cómplice

saul-bellow

«Cuando pedimos consejo estamos, por lo general, buscando un cómplice»

Saul Bellow (1915-2005)