Una actuación para mí siempre supone un circo hormonal. Un bolo exige mucha concentración, rapidez de reflejos y estar alerta para leer lo que pasa en el escenario y lo que pasa en el público y leer, de la propia cabeza o de un papel, la música. Dopamina, endorfina, adrenalina corretean por mi cuerpo como si fuera el recreo en el patio de un colegio en el que todos los alumnos son la niña del exorcista. Y cuando se echa el telón y vuelves al hotel es muy difícil meterlas en el redil, no quieren entrar en clase, quedarse quietecitas.

Desde que estoy en Islandia y para acercarme al sosiego que me lleve al sueño me pongo una serie de asesinatos que se llama Atrapados. Está ambientada en Islandia para mejorar mi inmersión cultural Me la recomendó Damián, un amigo de Madrid: “mírate esta serie y verás otra Islandia que la que sale en tus crónicas”. Así lo hago. Consigo relajarme pero como efecto colateral suelo ver al dependiente que me vendió los calcetines enterrando miembros humanos en medio de una tormenta. O a la chica que me puso el café en una mesa de autopsias.

Aunque me duerma tarde me levanto a las 8, obediente, cuando la alarma me lo pide. En una gira mundial tienes que llevar una disciplina castrense porque si no, enseguida aparecen el alcohol, las drogas y las orgías, acabas tirando los muebles de la habitación por la ventana y, mira, yo no tengo ni cuerpo, ni edad para estos excesos. Con lo que yo he sido.
Hoy estaban John y Terry en el desayuno y me han dicho que iban a dar un paseo por Reikiavik, que si me apetecía acompañarles. Parte de los músicos son de salir: Brandon, que se ha venido con nosotros, Chris, John y Bernie. Y parte son de quedarse: Harry y Don.
Yo soy de salir. He dicho que si.

Cogemos la calle Laugavegur, que es la que nos lleva derechos al meollo. Ha sido Terry, quien me ha dicho que no debería perderme el Museo Fálico de Islandia. Sí, como oyes, un museo consagrado al pene.
NOTA: El tema hace que los chistes salgan como setas, por favor, deja tu aportación en los comentarios. Si tienes alguna consulta también puedo intentar responderla.

Penes grandes, penes pequeños, penes en formol, penes disecados con sus escrotos, pieles de pene de ballena que se salaban y se secaban para consumir después como chicle vigorizante sexual, penes amuleto por cientos, el pene de Fernando VII, penes históricos, el priapismo, los eunucos, el pene de Zeus, el pene del demonio, el pene en la Biblia, penes donados por fans del museo del pene (a la muerte del fan), penes con hueso, penes sin él, fundas de pene que son tesoros etnográficos. Penes de oro, de plata, de madera., de alabastro, de marfil. De cada mamífero, desde el hamster hasta el elefante,su ficha con medidas en tieso y en flaccido, costumbres de apareamiento y datos curiosos, penes en la cultura, en la mitología popular, penes en la superstición y en la poesía. Y en la tienda del museo: tazas de penes, camisetas de penes, sacacorchos de penes.

Salgo del museo y veo penes por doquier, cualquier segmento de línea recta o curva se me antoja un pene. Las farolas son penes, las líneas de las calles son penes, los autobuses, las botellas, las propias personas son penes que caminan, y por supuesto, los bolardos ¡¡¡por Dios, quién inventó los bolardos y llenó las ciudades de penes!!!
Tengo la cabeza llena de penes y los pies fríos, y decido hacer una parada para calentármelos. En Reikiavik calentarse los pies cuesta 4€ y viene con un café. Reconozco los sitios de calentarse los pies porque el rotulo dice: “Kaffi”. Eso es lo único que sé del idioma islandés, que “Pies fríos” se dice “Kaffi”.
Caminando por el centro de Reikiavik veo el edificio del Parlamento. Los parlamentos de los países suelen estar blindados con policías y soldados armados hasta los dientes, garitas y ostentación de fuerza. Por ser la casa de todos, puesto que hemos elegido con los votos a quien alojamos ahí, deberían estar abiertos y resultar acogedores, pero, al contrario, parecen la guarida de una banda de malhechores temerosos de ser sacados de ahí a collejas. Estéticamente los parlamentos delberían hacérselo mirar.

Pero no es el caso del Parlamento Islandés, que tiene el nombre de Althing. Es pequeño. No ves un policía, no hay ostentación de las insignias nacionales. Joder, a ver si me he equivocado y es una casa. No, es el parlamento. Pero es normal.
Al lado está el estanque, Reykjiavikkutjiorn, donde el 90% de la superficie está helada y blanca de nieve. Los patos mantienen navegable apenas un trozo. Hay patos de muchas clases y tamaños, si Daniel Calleja estuviera aquí me diría los nombres. Y yo no podría evitar preguntarle si tienen pene. También hay cisnes pero yo los llamaré patos, para rebajar su altivez. Tienen sus patas de pato desnudas, si yo tengo los pies como los tengo de fríos, ellos, que pasan de remojarlos a pisar la nieve, tienen que estar tiritando. El ayuntamiento debería ponerles calcetines.
Y junto al lago una pequeña casa de comidas que se llama la Casa de las Ideas. Ese nombre tan sugerente me conquista y acabo sentado en una mesa al lado de la ventana tomando una sopa islandesa de carne. Al otro lado de la ventana nieva con fuerza. Me quemo la lengua. No todo iba a ser perfecto. En la mesa de al lado oigo hablar español con acento andaluz y vasco. Me preguntan que qué hago aquí. Cantar, les digo. No se lo creen. Yo tampoco. Se lo explico. Ah. Dicen que irán a verme. Eso se lo dirás a todas, pienso.

Después de abonar la consumición salgo a la nevada reflexionando este rasgo de comportamiento que hace que si en medio de la selva amazónica te encuentras a uno de Utrera, sientes una punzada de sentimiento fraternal que jamás experimentarías visitando Utrera.
A las 19, 45h sale la furgoneta del hotel con su cargamento de músicos americanos y un cantante español.
La gran ventaja de que ayer mi canción en el bolo saliera regulinchis es que las probabilidades de que hoy mejore son altísimas. Además el orgullo herido de la banda les hará hoy poner todo el cuidado. Y así resulta. La cosa va como la seda.

Al final los españoles que me encontré compraron las entradas y vinieron al show. Al terminar salí a saludarles. A uno de los de Bilbao no le había convencido. Decía que el rubio islandés hablaba mucho y no se le entendía nada, que si era famoso o algo. Estuve a punto de preguntarle si había reparado en la circunstancia de que el resto de público, los que no eran de Bilbao, sí se reía con los chascarrillos. Amigo, aquí los exóticos somos nosotros. En cambio, muy prudente, di las gracias sonriendo.
Los camerinos están situados debajo del escenario. Los techos son bajos. La puerta del camerino de los hombres es especialmente peligrosamente baja. La señalización es correcta, pero mi habilidad para golpearme es grande. Lo consigo en dos ocasiones. La primera mas flojo. La segunda más fuerte. Me sale un chichón. Le pregunto a Bernardette, (Hopelesly Devoted To You) si tengo sangre. Me dice que no pero casi. Que el chichón es grande, mas tengo que agradecer que esté justo en el centro y la simetría craneal no se haya visto afectada. No te preocupes, el público islandés pensará que tu cabeza es así.
Canto como la fiera latina que soy en algún lugar recóndito de mi personalidad, como si no tuviera chichón, pero al llegar a la habitación del hotel me miro en el espejo y la cosa ha crecido. Bajo a la calle y lleno una bolsa con nieve para aplicármela mientras veo la serie de asesinatos. Hay que ver cómo gana la ambientación de las escenas de frío y tormenta cuando tienes una bolsa de nieve en la cabeza, es increíble, es como el Dolby surround.
Eres genial!!