A mis 40 y 10 años, cuarenta y nueve dicen que aparento, entiendo por qué Joaquín Sabina se ponía tan nostálgico al llegar a esa edad. Aunque también es verdad que hizo un testamento autoindulgente, declarándose absuelto y con todas las bendiciones. permítanme los fans esta herejía. De atenuante, precisamente, la edad. Como es sabido, el paso del tiempo trata peor al crápula que al beato.
De la misma forma que se han paralizado los procedimientos judiciales debería haberse parado el procedimiento biológico de cumplir años. Pero no. Súmale a eso que la cuarentena está propiciando digresiones en la linea de pensamiento de cada uno de nosotros. El quien-soy-de-donde-vengo-y-a-donde-voy ha subido 10 puestos en el ranking. Y de esta manera se me está juntando Málaga con Malagón.
Nadie sabe cómo vamos a salir de esta pero nadie quiere que sea retrocediendo a lo de antes. Los oráculos han cerrado por liquidación. Mejor no mirar a las bolsas de valores buscando indicios. Sabemos que lo de antes era mediocre, sobre todo por la desigualdad y la sangría medioambiental, queremos creer que lo podemos hacer mejor.
Las ballenas que atraviesan el océano están anonadadas por el silencio, el fondo del mar ha ganado mucho con el confinamiento. Los atunes serán más gordos al año que viene, las sardinas también. Los salmones río arriba saltan, pero ahora es de alegría. Los elefantes del zoo miran con sorna al cuidador: ni para ti, ni para mí, ya estamos iguales. Si una mariposa en medio del bosque pudiera analizar la realidad circundante, precisamente hoy, podría llegar a la conclusión de que los senderistas se han extinguido. Nunca ha habido más flores.
No tengo necesidad de que abra el concesionario, ni la iglesia, ni el estadio, ni el hotel todo incluído, ni el plástico a tutiplén. Salven las ferreterías, las depilaciones, salven las papelerías, las reparaciones y las cervezas al sol. la señora que da abrazos, la paciencia, salven la conversación.